Los cojinetes de casquillo están compuestos por un casquillo cilíndrico, hecho de metal, plástico o fibras compuestas reforzadas, y reducen la vibración y el ruido al absorber la fricción que se produce cuando las dos partes se deslizan una contra la otra.
Los cojinetes de casquillo presentan muchas ventajas, como la reducción de costes, el funcionamiento con un menor mantenimiento, una significativa reducción del ruido en aplicaciones de baja velocidad y fácil instalación. El rendimiento de un cojinete de casquillo también se caracteriza por su gran capacidad de carga y su notable resistencia al impacto, gracias a su mayor superficie de contacto. El recubrimiento de los cojinetes de casquillo compensa los errores de alineación y amortigua las vibraciones. Diseñados en una sola pieza, son rodamientos antifricción de pared de bajo espesor que reducen el tamaño y el peso de la carcasa.
Los cojinetes de casquillo pueden fabricarse en bronce, acero o acero inoxidable. También se pueden realizar cojinetes de latón y plástico para cubrir las necesidades de ciertas aplicaciones. El casquillo de cojinete que se usa en aplicaciones que requieren un suministro constante de lubricante es el cojinete de casquillo de bronce, que a veces contiene lubricantes sólidos (PTFE o grafito) para superar problemas de lubricación. Otro tipo de material de casquillo utilizado en aplicaciones de trabajo ligero o mediano son los casquillos de bronce impregnados de aceite. Estos cojinetes contienen poros que absorben el aceite y lo liberan bajo la aplicación de una fuerza. Ni bien la fuerza aplicada disminuye, los poros reabsorben nuevamente el aceite.
Los dos tipos de cojinetes de casquillo más utilizados son los casquillos cilíndricos y los casquillos con brida. Los últimos están compuestos por una brida que sobresale en un extremo del casquillo proporcionando una superficie de apoyo para cargas axiales, mientras que los casquillos cilíndricos tienen diámetros exteriores e interiores rectos y se insertan al ras dentro de la carcasa.